El avance sostenido de la actividad minera en Cusco continúa generando impactos significativos en el desarrollo regional. En lo que va del 2025, el Gobierno Regional del Cusco y sus municipios han recibido más de S/ 398 millones provenientes de la minería para la ejecución de obras públicas. Entre las provincias más beneficiadas destacan Chumbivilcas y Espinar, donde operan las compañías Hudbay Perú y Glencore Antapaccay, respectivamente.

Solo en Espinar, la operación de Antapaccay ha canalizado más de S/ 690 millones en los últimos cuatro años, como parte de los S/ 2,700 millones generados en regalías y canon minero entre 2021 y 2024. Estos fondos han permitido financiar proyectos clave en infraestructura, salud, educación, saneamiento y agricultura, impulsando la calidad de vida de miles de familias espinarenses.

La contribución de Antapaccay no se limita a los aportes fiscales. En 2024, la empresa invirtió más de S/ 303 millones en compras a proveedores locales, fortaleciendo las cadenas de valor y dinamizando la economía regional. Asimismo, su operación genera más de 2,000 empleos directos y alrededor de 4,000 empleos indirectos, a través de mecanismos como obras por impuestos, programas de formación laboral, inversión directa y el Convenio Marco.

El compromiso de Glencore con el desarrollo de Espinar se proyecta hacia el futuro con el proyecto Coroccohuayco, considerado la expansión natural de Antapaccay. Esta nueva operación —con una inversión estimada en US$ 1,800 millones— permitiría duplicar la producción de cobre, pasando de las actuales 140,000 toneladas anuales a cerca de 300,000 toneladas de cobre fino, asegurando sostenibilidad económica para la provincia por varias décadas más.

La experiencia de Espinar se ha convertido en un ejemplo de cómo la minería, gestionada con responsabilidad, puede transformar recursos naturales en desarrollo tangible, mejorando la infraestructura, creando empleo y cerrando brechas sociales en las regiones donde opera.